La Argentina no se viene de la 70° edición del Festival de San Sebastián con las manos vacías. Al Premio del Público, con una puntuación altísima, 9.14 sobre 10, para Argentina 1985, y el de mejor fotografía para el documental Pornomelancolía, de Manuel Abramovich, se sumó el premio que le entregó el Jurado Oficial, presidido por el productor argentino Matías Mosteirín, a Renata Lerman a la mejor interpretación secundaria, por El suplente, de su padre, Diego Lerman. Renata subió al escenario del Kursaal desde la platea acompañada por su padre. “Hola, buenas noches. Quiero agradecer al Jurado por haberme elegido. Yo pensé que no podía ser elegida, estoy muy emocionada. Quiero agradecer al director y a todo el equipo” fueron sus palabras. Y se quedaron, juntos, allí, sentados en un costado del escenario, junto a los otros premiados.La película con Juan Minujín, que tras pasar por Toronto y San Sebastián, estrenará en la Argentina el 20 de octubre, se centra en Lucio, profesor de Letras de la Universidad de Buenos Aires, que decide enseñar literatura en una escuela de una zona marginal del conurbano bonaerense. No será sencillo, más cuando intente salvar a un alumno, Dylan, que es acosado por un grupo narcotraficante.La película con Juan Minujín, que tras pasar por Toronto y San Sebastián, estrenará en la Argentina el 20 de octubre, se centra en Lucio, profesor de Letras de la Universidad de Buenos Aires, que decide enseñar literatura en una escuela de una zona marginal del conurbano bonaerense. No será sencillo, más cuando intente salvar a un alumno, Dylan, que es acosado por un grupo narcotraficante.La película con Juan Minujín, que tras pasar por Toronto y San Sebastián, estrenará en la Argentina el 20 de octubre, se centra en Lucio, profesor de Letras de la Universidad de Buenos Aires, que decide enseñar literatura en una escuela de una zona marginal del conurbano bonaerense. No será sencillo, más cuando intente salvar a un alumno, Dylan, que es acosado por un grupo narcotraficante.
Renata interpreta a Sol, la hija de Lucio y de Mariela (la madrileña Bárbara Lennie, de La piel que habito y Todos lo saben), que están separados. También actúan Rita Cortese, el chileno Alfred Castro y María Merlino, esposa del realizador y madre de Renata. Hablamos con Renata Lerman, a poco de recibir la distinción en el festival vasco.
-Ante todo ¡felicitaciones! ¿Esta es tu primera actuación en cine? ¿Estudiás arte dramático?
-Sí, ésta es mi primera actuación en el cine, yo nunca había actuado en otra cosa, como un video o algo así. Así que sí, es como la primera actuación oficial que hice. No estudié arte dramático, hice comedia musical, que tenía un poco de teatro, pero creo que no está considerado como arte dramático.
-¿Y cómo fue tu experiencia en el Festival?
-Acá en San Sebastián la pasé muy bien, la gente es muy buena. Lo que se me hacía raro es, bueno, todo lo que pasaba, que me aplaudieran, que me dijeran cosas y que en la calle me reconozcan. Fue la primera vez que me pasó, entonces era como bastante raro.
-¿Cuál es tu sueño? ¿Qué es lo que esperás de tu carrera artística?
-No sé si en verdad tengo una carrera, pero si alguien me propone un proyecto, y me gusta, yo lo haría, porque hacer esta película me gustó mucho. No sé si tengo un sueño tampoco, todavía no tengo muy planeado qué hacer, pero hacer películas me pareció que estuvo bueno, que es divertido, no lo siento como un trabajo, lo siento como si fuera algo que me gusta, que lo disfruto.
-¿Qué sentiste al ser dirigida por tu papá?
-Para mí estuvo bueno. La pasé muy bien, porque además todo el equipo me tiraba buena onda, así que sí, la pase bien con el dirigiéndome, y no siento que fue como algo exigente, o que me podía exigir más porque era mi papá.
-¿Le pediste algún consejo a tu mamá -la actriz María Merlino-?
-No sé si me aconsejó, pero yo, de alguna manera, tomé como consejos, cuando yo de chiquita la iba a ver al teatro, y veía como cosas que hacía cuando actuaba. Y tal vez cuando salíamos del teatro me contaba cosas que ella hacía en el escenario, y que sería como un consejo de actuación. Y también muchos consejos los tomé de mi coach, Soledad San Martín, que me ayudaron mucho para la película.
Habla el papá, el director
Diego Lerman, se nota, está tan contento, o más, que si el Jurado le hubiera entregado a él un premio por El suplente.
“Es un orgullo, una emoción inmensa, fue todo un desafío dirigirla a Reni -dice entusiasmado desde San Sebastián-. Y fue hermoso, fue una experiencia muy entre lúdica y de complicidad. Había algunas escenas en las que nos poníamos de acuerdo entre nosotros, y surgían como algunas improvisaciones. Fue así, mucho vértigo al principio, antes de empezar el rodaje, por cómo iba a funcionar todo.
Y la verdad es que después la experiencia fue como si ella toda la vida hubiese hecho esto, se movía mucho como pez en el agua, lo disfrutábamos mucho, fue muy lindo”, dice.
Pero no fue idea de Lerman que Renata interpretara a Sol. “Todo esto surgió de ella. Yo estaba haciendo casting, y ella sabía que estábamos en ésa, y me preguntó por el personaje, si yo no había pensado que ella lo podía hacer. Y le dije que no sabía que a ella le interesaba actuar, porque siempre se había inclinado más por la música. Le hicimos como unas pruebitas, con las chicas de casting y yo haciendo cámara, y era increíble, la verdad, lo natural que le salía todo, lo poco que la intimidaba la cámara.A partir de ahí fue iniciar un trabajo donde Soledad San Martín estuvo muy involucrada, y hubo que empezar a preparar el personaje. Después, todo fluyó. Hubo mucha ayuda, y mucha contención por parte de Juan (Minujín), de Bárbara Lennie, y obviamente de su mamá, de María Merlino, pero en rodaje le tocaban puntualmente escenas con Juan y con Bárbara (sus padres, separados, en la ficción) y ellos fueron grandes aliados.
Clarín.com