Se van a cumplir 47 años del comienzo de un tiempo que signó de dolor nuestra Patria y enmarcó en zozobra la vida democrática de nuestro país, durante la última dictadura militar, dejando el infausto legado de miles de desaparecidos y el desasosiego de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, insistiendo y buscando identidades e historias, apagadas desde la tortura y la muerte, con la intencionalidad más atroz.
Aquellos siniestros sucesos nos siguen interpelando, pues con la recuperación de cada nieto identificado, vuelve a quedar expuesto el reclamo permanente de una necesaria Memoria, la revelación de una auténtica Verdad histórica y el cumplimiento de una reconfortante Justicia para nuestra sociedad.
LOS GOLPES, EL GOLPE
Fue en aquel entonces, el 24 de marzo de 1976, cuando volvía a producirse el escenario de un nuevo Golpe Cívico-militar en Argentina. Es importante tener en claro el auspicio imperialista de los distintos golpes militares que soportó Argentina, desde la configuración del contenido de su respaldo en lo ideológico, lo económico y de sometimiento. El del 1976 colmó con creces sus objetivos nefastos.
No es casual. Siempre ocurrieron esas intervenciones cuando nuestro país intentaba recomponer su historia, desde un sentido auténtico de lo nacional, de lo nuestro, de lo que representaba ese acopio genuino de nuestros valores y posibilidades de ser un país en desarrollo con crecimiento social , productivo y económico. Le sucedió primeramente a don Hipólito Irigoyen. Nos transformaron en granero del mundo, los intereses eran británicos. Regularon nuestro crecimiento de acuerdo a sus objetivos. Necesitaban nuestras producciones primarias, cereales, carnes.
Le pasó luego a Juan Domingo Perón. Ésta vez, el interesado era EEUU. No podían soportar ver crecer y desarrollarse a un país sudamericano, que no reverenciaba su hegemonía planetaria, lograda después de haber disciplinado ellos, al mundo europeo, con la Segunda Guerra Mundial.
El Gobierno de Arturo Frondizi también tuvo que soportar la intervención de ese imperialismo económico, sobre su plan de nacionalización que buscó instrumentar desde el esquema del Desarrollismo, un auge genuino de la economía del país.. En el ´76, el golpe lo padeció otro gobierno justicialista, también desde el disciplinamiento estadounidense. Lo motivaba el hecho de asegurar el funcionamiento y la penetración de las multinacionales, a través de los tentáculos de la Globalización de la economía en América del Sur. En esta oportunidad, a la resistencia local se la frenó con secuestros, torturas y muerte.
UN MONITOREO HISTÓRICO
El Juicio a la Juntas militares y la instrumentación del categórico manifiesto del “Nunca Más”, durante la gestión del Gobierno de don Raúl Alfonsín, estableció el comienzo de un derrotero memorable para que el pueblo argentino conociera la Verdad de lo que realmente sucedió. Las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final sin embargo, establecieron un límite que morigeraba la situación del amplio arco de militares comprometidos. Años después, durante el advenimiento de Néstor Kirchner, el planteo de un enjuiciamiento ampliado retomó su intento, evidenciando la verdadera dimensión de los comprometidos en aquel llamado Proceso militar.
Cada aniversario de aquellos tristes y dolorosos sucesos reitera y actualiza el escenario, ya que quedaron muchas heridas abiertas. Nombres, víctimas, hechos que permanecerán en nuestro monitoreo histórico que, cada 24 de Marzo puntualizamos por la Memoria, por la Verdad y la Justicia, como un significado reivindicatorio de los valores profundos que le dieron y le siguen dando un sentido al pensamiento nacional, para que las nuevas generaciones lo reconozcan y no lo olviden.