El músico, que compartió escenario con su padre Rodolfo Dalera, director del grupo “Los Chaskis” y junto a él fue partícipe de la grabación del tema “Lamento Boliviano” de Enanitos Verdes charló con La Voz del Pueblo donde relató recuerdos de ese triunfo. Si bien visitaba Claromecó cada verano desde los 4 años, “veníamos con mi familia a pasar un mes, era la época que se llegaba por las lomas, en camino de tierra”, Dalera no quería participar de concursos, prefería pescar solo.
Pero lo convencieron: “ese año vinieron unos cuantos amigos a mi casa, me decían de ir al concurso, pero yo me negaba, ya pintaba que iba a haber mucha gente, me insistieron tanto que fuimos”.
Con una sudestada y lluvia intensa, el grupo de amigos eligió el Caracolero. “Había ido, ese día me dicen los muchachos vamos por allá y yo no quería porque había mucho enganche, estaba en contra de todo ese día. Me dijeron que había un lindo pozo y nos quedamos ahí”.
Dalera recuerda de forma graciosa el momento en que se dio cuenta que tenía pique. “Yo cuando lanzo, con el viento sur y la lluvia cae la plomada a 20 metros y me doy vuelta para que no me castigue la lluvia de frente” y agrega que “en ese momento siento que tira la caña, pensé que era un amigo mío que me estaba haciendo joda y les hago señas que no me molesten, pero seguía tirando, entonces giro para gritarles que no jodan, veo que no hay nadie y me doy cuenta que estaba picando algo”.
Habían pasado 15 minutos de la largada y Dalera tenía en su haber una corvina negra de casi 4 kilos. Pero las comunicaciones no eran como en la actualidad y en un par de horas se cortaron las líneas y no pudieron seguir la clasificación “hasta el día siguiente no supe si seguía ganando o no. Pensaba, si la saqué tan rápido, está lleno”.
Convencido de que al menos tenía un premio, dejó de pescar y le entregó todo el equipo de pesca a un compañero. “Mi amigo estaba padeciendo la lluvia, dejé de pescar y me quedé en la carpa, cuando dejaba de llover, salía y charlaba con el grupo”.
A las 11 de la mañana del día siguiente pudieron volver a conectar la radio y fue en el momento que se enteró que seguía siendo puntero del concurso. “Ahí te agarra el nerviosismo, porque primero me había quedado conforme con tener un premio, pero cuando falta poco, te agarran ganas de que no salga ninguna corvina más”, relata Dalera en cuanto a las sensaciones que sintió.
Recuerda la vuelta por la playa, festejando con sus amigos, el podio y los carteles de su lugar natal, Benito Juárez. El premio un 505 full que según lo describe “en ese momento era lo máximo”. Pero manejar un auto nuevo, también tuvo su anécdota: “cuando volvíamos a Juárez yo manejé el 505 y al lado iba mi ex suegro, empecé a tocar todos los botones y prendí el aire acondicionado, no lo pude apagar en todo el camino y llegamos a Benito Juárez congelados”.
Al año siguiente volvió a anotarse y podría haberse convertido en el ganador dos veces consecutivas, pero el destino no lo quiso. “Fuimos al mismo lugar, cuando ya terminaba el concurso encuentro una plomada con una línea y decidí hacer un tiro. Me pegó un pique enorme, cuando lo empecé a traer, venía tan pesado que se contó”.
Dalera destaca en su charla la transparencia del concurso: “ese año 1987, fue el primero que pusieron ictiólogo, porque quisieron hacer trampa pasando una corvina de 11 kilos, después el muchacho la estudió y explicó que había sido pescada antes y estado en cautiverio”.
Para aquellos que dudan en anotarse, Luis Dalera expresa: “sabiendo que hay premios, la transparencia del concurso, quién les dice como el caso mío que nunca pensé que podía ganar, yo miraba los pescadores, esas caras curtidas y pensaba ‘cómo les voy a ganar a esos’”.
Sus recorridas con la música
Más allá de ser un pescador que logró el primer premio, Dalera se destaca por su música. Durante 24 años recorrió el verano de la costa: “me iba para la otra costa, para trabajar con la música me convenía estar para el lado de Pinamar, Villa Gesell, Cariló. Alquilaba en Gesell y tocaba por toda la Ruta 11. Este año se da que en Gesell la municipalidad puso un impuesto por espectáculo que excedía a todo lo que planeaba cualquier comerciante, sea restaurant, hotel, y muchos decidieron no hacer shows”.
En tanto, en los meses de temporada baja recorre otros lugares: “el año pasado viajé por el país y en octubre hice Orlando, Tampa, Miami y volví por México para un homenaje a papá que le hacen anualmente a Los Chaskis”.
Tener el verano más libre, lo alentó a venir a Claromecó, invitado por su hijo que tiene un puesto en los artesanos donde hace trabajos en plata: “vine por unos días, a veces solía venir en marzo a pescar con amigos”.
La actividad en la música continúa durante todo 2023: “ahora cuando vuelvo tengo algunas cosas con Los Chaskis, algunos festivales, después tengo pensado arrancar solo para el norte y luego en octubre haré nuevamente la gira por Estados Unidos junto a músicos peruanos, es increíble la cantidad de latinos y pasamos momentos hermosos”.
La Voz del Pueblo