El deceso de Raúl Guerreño se produjo ayer miércoles en el Hospital Pintos, mientras permanecía privado de la libertad. Años atrás un jurado popular lo había declarado «culpable» de abusar sexualmente de una nena y de una mujer, durante un debate que se hiciera en los tribunales de Azul por una serie de hechos sucedidos en Bolívar. En esa ciudad el manosanta atendía a miles de seguidores, hasta que en mayo de 2016 resultó detenido por aquellos graves episodios en perjuicio de ambas víctimas. «Creo que a nadie de la Justicia le interesó la salud de Guerreño. Lo dejaron morir y que se agrave su estado de salud», declaró su abogado Marcelo Biondi.
Actualmente Raúl Donato Guerreño -que era oriundo de la localidad santafesina de Lanteri y tenía 59 años de edad- estaba preso en la Unidad 7, la cárcel del Servicio Penitenciario Bonaerense con asiento en Azul.
Su abogado Marcelo Biondi le dijo a EL TIEMPO que, a causa de diferentes afecciones que padecía, semanas atrás había sido trasladado al Hospital Municipal «Dr. Ángel Pintos».
En ese centro asistencial municipal de Azul permaneció internado hasta que este miércoles, alrededor de las 15, se produjo su deceso por lo que en un principio, y de acuerdo con lo que el penalista señalara que le informaron, fue «un paro cardíaco».
El abogado porteño que lo representaba en esa causa penal por la que Guerreño cumplía condena en el penal de Azul declaró que a su cliente «lo dejaron morir y que se agrave su estado de salud».
Biondi había asumido la defensa del «Hermano Raúl» en la previa a que se realizara en el Palacio de Justicia local ese juicio con jurados que en septiembre de 2018 finalizara con la declaración de culpabilidad y la posterior condena para él.
De la mano del veredicto de los ciudadanos que integraron el jurado para aquel debate, luego había sido Alejandra Raverta -la jueza del Tribunal Oral en lo Criminal número 2- quien condenó al «Hermano Raúl» a dieciséis años de prisión.
Según su abogado señaló, aquel fallo -de un juicio que, también declaró, «tuvo múltiples irregularidades»- aún no había adquirido rango de firmeza. Y tras haberlo apelado, en esa segunda instancia logró que la condena para el encausado fuera reducida a quince años de cárcel.
«El Tribunal de Casación hizo lugar parcialmente al recurso que interpuse; aunque le fue bajada muy poco la pena a mi cliente. Actualmente estaba pendiente de resolución un recurso extraordinario ante la Suprema Corte, por lo que el fallo todavía no estaba firme», dijo Biondi con relación a las instancias judiciales por las que atravesara este caso.
Definido también como un «terapeuta espiritual» en el fallo donde resultara condenado, el 12 de septiembre de 2018 Guerreño había sido declarado autor de los delitos de «abuso sexual con acceso carnal reiterado agravado por ser ministro de culto no reconocido, en concurso real con abuso sexual simple».
Según quedara acreditado, aquellos hechos habían sucedido en Bolívar en perjuicio de ambas víctimas. En el caso de la menor, desde septiembre de 2014 hasta abril de 2016; y en cuanto a la mayor también víctima, en ocasión de que fuera a visitar al manosanta el 11 de agosto de 2012.
Pedidos rechazados
Desde el entorno familiar de Guerreño, al menos hasta hoy jueves, se desconocían con certeza los motivos de su deceso.
De acuerdo con lo que el abogado señaló, a un hermano de su cliente le habían dicho que falleció tras haber contraído coronavirus; «aunque no se sabe bien porque tapan todo», afirmó Marcelo Biondi.
Desde el inicio de la pandemia en marzo del año anterior, el penalista había presentado diferentes pedidos ante la Justicia para lograr -en algunos de esos casos- que al «Hermano Raúl» le fuera concedida una morigeración de prisión tendiente a que, de la mano de los problemas de salud que al parecer padecía, pudiera continuar privado de la libertad beneficiado con un arresto domiciliario.
Un primer intento en ese sentido se remonta a abril del año pasado, cuando en dos ocasiones le fuera denegado un pedido de estas características.
Biondi fundamentaba aquella solicitud por entender que Guerreño era un paciente de riesgo por las patologías que presentaba, una situación que lo volvía más vulnerable si en ese entonces permanecía en prisión con la pandemia por COVID-19 ya declarada.
Pero en aquel entonces ni la jueza azuleña que lo sentenciara a esos ya referidos dieciséis años de prisión ni, posteriormente, los miembros de la Cámara Penal de Azul dieron lugar a ese planteo.
«Desde marzo de 2020, por ser hipertenso y por tener distintos problemas coronarios que no fueron tratados adecuadamente, presenté ocho habeas corpus para que pudiera recibir la atención médica que necesitaba y dos solicitudes para que le otorgaran prisión domiciliaria», recordó el abogado sobre sus sucesivos intentos por lograr un beneficio para su defendido.
«El único recurso al que me hicieron lugar había sido en febrero de este año. Fue la jueza Cecilia Desiata -magistrada Correccional que en ese entonces intervino en esta causa penal como subrogante desde el TOC 2 de Azul- quien ordenó que le brindaran la atención médica que requería y se le realizaran todos los estudios necesarios, para que después fuera informado al Tribunal su estado de salud», recordó el abogado.
«Además -continuó diciendo- en septiembre del año pasado había presentado un pedido para que le otorgaran la prisión domiciliaria, ya que en la Unidad 7 de Azul no lo estaban atendiendo adecuadamente. En esa ocasión también denuncié que su salud se estaba agravando. Mi cliente tenía problemas de vista, hipertensión y coronarios severos. Y nunca se estudió el hecho de que haya padecido un posible ACV mientras estaba en prisión».
«Creo que a nadie de la Justicia le interesó la salud de Guerreño. Lo dejaron morir y que se agrave su estado de salud. Fueron los responsables de su detención quienes hicieron eso, teniendo en cuenta que yo había denunciado en más de una oportunidad que él no recibía en el penal la atención médica adecuada y que su salud se agravaba. Como su abogado defensor, constan los planteos que hice. Ahora veré con sus familiares cuáles serán los pasos a seguir», afirmó por último Marcelo Biondi.