Lo informativo destaca que Argentina le ganó 1-0 a Uruguay y que encaminó la clasificación a la próxima ronda de la Copa América. Pero en el análisis se debe resaltar que la Selección pudo jugar de manera aceptable unos cuantos minutos y que Lionel Messi sigue enchufado, con ganas, repleto de energía y deseos.
De esta Argentina que aún parece en formación existen bastantes cosas para destacar y otras tantas para criticar. Y una de las positivas más importante es que se pone en ventaja relativamente rápido en los partidos. Suele ser eso lo más complejo en el fútbol y los dirigidos por Lionel Scaloni lo consiguen. Se logró en ambos partidos contra Chile (dos goles de Messi, a los 24 y a los 32) y ante Colombia (dos festejos en los primeros 8 minutos). Volvió a suceder ayer ante Uruguay con el tanto de cabeza de Guido Rodríguez, a los 12 de la etapa inicial. Ocurre que se repliega mucho Argentina y no suele ser confiable en defensa.
Pero en el Mané Garrincha la solidez se halló por la solidaridad colectiva y por eso casi que ni sufrió los tímidos ataques de los uruguayos, especialmente en la primera parte. Ahí hay un posible camino por recorrer: aprovechar los golpes tempraneros y jugar con inteligencia los duelos desde la ventaja.
Se plantó con un 4-4-2 el equipo de Scaloni para equiparar el mismo esquema del Maestro Tabárez. Esta vez hubo un cinco de contención de la vieja escuela, como lo es Guido Rodríguez, un enganche tirado unos metros atrás, como Lo Celso, y dos volantes por afuera con características distintas, como De Paul, que tiende a centralizarse, y Nicolás González, a quien le gusta correr por afuera. Y fueron muy buenos los primeros minutos de la Selección, que presionó en campo rival y encontró conexiones entre Messi y los mediocampistas. Ya a los 6 minutos había estado cerca del gol con un remate de la Pulga que atajó Muslera. Unos instantes después, Guido Rodríguez conectó en el segundo palo un centro exacto del rosarino para el 1-0.
“No salgas, no salgas”, le dijo Messi a un compañero. La indicación de Leo fue un mensaje que se comprendió en conjunto: el equipo se replegó cerca de Martínez y apostó por las contras. Aunque ese tipo de juego no es el que más le conviene al crack de Barcelona porque tiene que recorrer demasiados metros con la pelota dominada, el capitán de la Selección entendió que eso era lo mejor para el momento. Y no estuvo mal porque el equipo no sufrió. Es cierto que no generó
mucho, pero jugó cómodo. No es poco. Pudo Nahuel Molina marcar el 2-0 a los 26, aunque Muslera le tapó un potente remate desde afuera.
Fue más efectivo que brillante lo de Argentina. La aparición de Guido Rodríguez fue importante para equilibrar y ordenar el mediocampo. Tiene menos condiciones técnicas que Paredes, pero sabe más del puesto que el volante de PSG. Es simple Rodríguez: juega en su quintita, toca simple en corto, se mete entre los centrales, releva a los zagueros cuando salen a los costados. Ese equilibrio permitió que Lo Celso y De Paul mejoren sus prestaciones.
Y Uruguay suele regalar poco para el espectáculo. Los dirigidos por Tabárez le rezan a las apariciones de Cavani y Suárez, quienes también padecen el paso del tiempo. Un centro desde la izquierda que ninguno de los dos pudo conectar fue lo más inquietante de la Celeste.
No fueron buenos los primeros minutos del complemento de Argentina porque se defendió pero sin la intención de contragolpear. Quedaron muy aislados Messi y Lautaro. Eso puede ser peligroso. Ingresó bien Palacios por el lesionado Lo Celso y el equipo se paró un pasito más adelante. La otra incorporación positiva fue la de Angel Di María, que terminó por soltar al equipo.
Se adueñó de la pelota la Selección y acompañó mejor a Messi. Hasta Guido Rodríguez se animó a presionar en la medialuna del área rival. Se defendió con la pelota y atacando el elenco de Scaloni y dejó una buena imagen en el final del partido.
Y así como hubo un párrafo aparte para Rodríguez, el que merece una mención especial es Messi. Está tan metido como siempre el capitán. Jugó muy bien anoche, más allá de que sigue estando lejos del arco. Pero las pide a todas el rosarino, las aguanta, genera faltas. Ahora también da bastantes indicaciones. Solo le faltó el gol para que se actuación sea perfecta.
Después de 3 empates consecutivos, Argentina ganó. De a poco se va soltando el equipo. Jugó de manera aceptable a lo largo de 60 minutos y ante un rival peligroso. En definitiva, dio un interesante paso adelante. Ahora le deberán seguir un par más para empezar a trotar con firmeza de cara a Qatar 2022.