La semana pasada, los internos e internas alojados en la Unidad Penal N° 2 de Sierra Chica celebraron las Pascua de Resurrección, el capellán bendijo los ramos de olivo y continuó con la confesión de los creyentes, realizó el lavado de pies con el acompañamiento de los cantos solemnes de los Orantes de San José, llevaron adelante el Vía Crucis y la Santa Misa.
El jueves por la tarde recordaron la última cena en la capilla Nuestra Señora del Carmen que se encuentra en el sector intramuro del penal de la cual participaron alrededor de 50 privados de la libertad creyentes católicos.
El capellán de la Unidad Nº2, José María Quattrocchio atendió las confesiones de los internos y repartió ramos de olivo bendecidos. Los internos oyeron los cantos solemnes en estilo monástico de los “Orantes de San José” quienes fueron los intérpretes bajo el lema “Lo nuestro es orar”.
Este grupo de oración está integrado por 22 internos y fue creado en septiembre de 1997. Para la ceremonia visten sotana blanca y llevan sobre el pecho una cruz de madera tallada por ellos mismos.
El sábado Santo durante el Vía Crucis “participaron 50 internos que representaron a 4 pabellones. La misa es la victoria de Jesús sobre el mal, nos genera la esperanza de un nuevo comienzo. Querer volver a escribir la historia pero de la mano de Jesús”, amplió Quattrocchio. Los internos que participaron de la celebración llevaron a sus celdas y entregaron a sus visitas el ramo bendecido.
En la Misa de Pascua se enfatizó en la esperanza, la fuerza de la resurrección para transformar el corazón de las personas y liberarlas de todo aquello que las esclaviza como el pecado, el mal y el error. El sacerdote comentó que “cada interno participante recibió una Cruz y el panificado que conocemos como Rosca de Pascua”.
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