En el transcurso de esta semana propusimos en nuestras redes sociales este disparador que generó múltiples opiniones respecto a cómo manejamos los azuleños y especialmente a cómo nos comportamos al transitar por una rotonda.
Según establece la Ley Nacional de Tránsito, en rotondas, «tiene prioridad de paso el que circula por ella sobre el que intenta ingresar debiendo cederla al que egresa, salvo señalización en contrario».
Lo dice en el Artículo 43, que a su vez indica: «Si se trata de una rotonda, la circulación a su alrededor será ininterrumpida sin detenciones y dejando la zona central no transitable de la misma, a la izquierda».
La de las rotondas es una «regla especial» (así lo dice la Ley), ya que el Artículo 41 (es el de Prioridades) indica que «todo conductor debe ceder siempre el paso en las encrucijadas al que cruza desde su derecha». La de las rotondas es una de las pocas excepciones.
La prioridad del que viene por la derecha se pierde, además, cuando la señalización especifica lo contrario, ante los vehículos ferroviarios, los vehículos del servicio público de urgencia en cumplimiento de su misión, los vehículos que circulan por una semiautopista y los peatones que cruzan lícitamente la calzada por la senda peatonal.
También cuando se desemboque desde una vía de tierra a una pavimentada, cuando se circule al costado de vías férreas respecto del que sale del paso a nivel y cuando se haya detenido la marcha o se vaya a girar para ingresar a otra vía.
Obviamente en Azul, como en toda la Argentina, está vigente esta reglamentación, pero los azuleños, ¿la respetamos?.
«En Azul debe ser otra reglamentación, una propia para cada conductor??? Muy desprolijo el tránsito y mucha falta de educación vial», «No, tampoco se respeta la prioridad al peatón», «Parate un día en la rotonda del lago (Güemes) y te vas a dar cuenta que no tienen idea (al margen de esa rotonda que no tiene ni sentido)», «Yo creo que ni idea tienen de como manejarse en una rotonda…es un desastre…», fueron algunos de los comentarios que surgieron.
Claramente en la ciudad, la cantidad de accidentes de tránsito así lo marcan, la problemática vial es una cuenta pendiente para toda la comunidad en general y para quienes gobiernan en particular. El tiempo pasa y en el peor de los casos se pierden vidas y en otros, los que son un poco más leves, el Estado municipal debe realizar grandes inversiones en atención médica que podría ser destinado a otros objetivos del sistema de salud.
Respetar las normas de tránsito, usar el casco, es inherente a pertenecer a una sociedad, un principio básico que excede a cómo nos compartamos en el ámbito vial, sino que atraviesa todos nuestros comportamientos cotidianos, ejerciendo nuestros derechos y respetando los de los demás.
Diario El Tiempo de Azul