“El día después es eterno, no dura un día… Los duelos duelen un montón. Los duelos duran un montón, y en ese tiempo las emociones van y vienen…”
Un 10 de agosto de 1994 Virginia decidió partir, dejando una huella que sigue latente a pesar de los años que pasaron. Su decisión de irse de este mundo quizás fue un alivio para ella, pero para los que quedaron fue un sacudón emocional, un antes y un después porque aunque la vida sigue, la vida cambia.
Con el mayor de los respetos y entendiendo que contar su historia podría ayudar a muchas familias, amigos y demás que perdieron a un ser querido nos comunicamos con Lorena Urquiza que perdió a su hermana Virginia cuando era adolescente.
A pesar de los años que pasaron a Lorena le cuesta hablar más de la pérdida de su hermana que la de su propia hija y lo relato porque me lo manifestó en la entrevista, y tiene que ver mucho en la manera en la que se van…
En el día Mundial de la Prevención del Suicidio quisimos tener un relato, tratando de preguntar sin herir pero con la firme convicción de que hablar es la herramienta más precisa para abordar ciertos temas.
“El 10 de agosto (1994) fue el día en el que pasó todo, me acuerdo que era el cumpleaños de mi abuela, salimos de la escuela, almorzamos porque era un día de semana y compartimos como siempre, de todos modos hubo una charla y como suelen decir con el diario del lunes podríamos habernos dado cuenta de algo pero ella realmente lo tenía decidido.
Virginia en ese momento nos dijo que si le pasaba algo quería que la cremen y a modo de chiste manifestó que la moto que tenía se la demos a Andrea una de sus amigas y que las cuotas del viaje de egresados se las pasarán a Lidia otra de sus incondicionales.
Después de eso cada cual hizo lo suyo y ella se fue a la casa de una amiga, en un momento no llegaba y la fuimos a buscar con mi mamá, el después me lo dejó para mí porque no hay que especificar nada”.
“Me cuesta recordar cosas de nuestra infancia, nosotras vivimos 14 años juntas y es difícil acordarse parte de ese tiempo porque es como que la última decisión que tomó ella es lo que queda presente.
Tengo una imagen muy particular de ella seria, reservada creo que tenía que ver con la diferencia de edad, ella adolescente y yo la hermanita más chica molesta porque tenía 14 años.
Me ha pasado en el último tiempo encontrarme con personas que la conocían y me describen a otra Virginia que yo no conocía y me encanta, me contaron que era alegre, extrovertida, buena compañera y graciosa o sea personas distintas me la describieron de la misma manera.
Creo que no tengo recuerdos de ella porque me puse como un escudo, como una sublimación de una incapacidad de realizar el duelo y de procesar todo a su tiempo, yo tenía 14 años cuando ella se quito la vida y el duelo lo empecé hacer después de los 30, en él mientras tanto no se la volvió a nombrar nunca más en mi casa, en el entorno y de echo hemos hablado con mis primas y medio que la nombrábamos a escondidas porque se generaba un silencio y un malestar, desde mi lugar sentía que si la nombraba le iba hacer mal a mi mamá”.
La mirada del otro en un momento de tormenta hiere mucho, a veces no nos damos cuenta de cuidar al otro, “Cuando hablan de suicidio no se me viene a la mente mi hermana, pero pienso en el cuidado que debería haber en el momento de transmitir la información, o sea lo que se dice, como se dice pensando en el cuidado de los que quedan, y el prejuicio que hay y con la facilidad que las personas juzgan la situación, no respetan el dolor tanto de la persona que tomó la decisión de hacerlo porque no es egoísmo es simplemente dolor.
Por otro lado me enoje mucho pero a la vez sentí vergüenza porque creo que hay un estigma entorno al suicidio, lo sentí de esa manera y me costó muchos años entender que esos sentimientos son comunes en las personas que perdimos a un ser querido de esa manera y que tienen que ver justamente con prejuicios y no con la realidad.
Después hay cosas que son propiamente del duelo como por ejemplo el enojo pero entiendo que Virginia no es la decisión que tomó”.
La familia es protagonista directo de estas pérdidas y las preguntas se repiten continuamente, entonces el sentimiento de culpa quizás es lo primero que sentimos.
“Mis padres no hablaron nunca, me cuidaron mucho e hicieron lo que pudieron, creo que mi mamá tiene un sentimiento de culpa, se debe haber preguntado que hice mal, y mi papá como hombre creo que debe haber pensado que la vida sigue.
En cambio yo con mis hijas si habló, de hecho es la tía Virginia, por ejemplo Nerina nació un 10 de agosto de parto natural sin ser planificado, de hecho fue el motivo para que mi abuela volviera a celebrar su cumpleaños pero también para mi vieja fue súper contradictorio por la fecha.
De todas maneras estoy sanando en este momento, es un proceso pero creí que tenía cosas resueltas y en estas situaciones me doy cuenta que no…
Cuando comencé hacer la capacitación me pasó de darme cuenta que en lo cotidiano tarde más de 15 años en volver a decir su nombre, también descubrí que no comía chocolate y frutillas no porque no me gustarán sino porque le gustaban a ella y no me daba cuenta.
Por eso digo en la importancia de poder hablar, mi alopecia es por eso también entonces poder encontrar un espacio donde poder comunicarse con otro que haya atravesado una situación similar, que te pueda escuchar sin juzgar es muy importante.
Por ese motivo empezar a difundir para que deje de ser un estigma social porque el dolor que atravesas, la carga social, la mirada del otro, el qué dirán es un montón y atrasa de verdad” nos relató Lorena.
Un equipo de trabajo en Benito Juárez
Su participación en Escenarios Saludables no es casual si bien se habla de la prevención también existe la postvención entonces cree en todo lo que se pueda hacer después para acompañar a aquellas personas que se vean afectadas por la pérdida de un ser querido.
“El poder formar este equipo de prevención es para acompañar, en la escucha activa decimos la importancia de prestar el oído a otro sin juzgar en un tiempo donde cada uno está en lo suyo y se ha perdido la comunicación, el mirarse, poder preguntar, escuchar.
Los otros días decíamos que hasta podría ser una cuestión semántica de decir realmente no queres vivir más o no queres vivir más así, una simple palabra puede ponernos en alerta, invitarnos a la reflexión entendiendo que no está sólo sea la situación que sea por la que está atravesando.
A veces acceder a la salud mental pública es súper difícil porque están colapsados los centros entonces vos estas mal hoy, no dentro de unos meses cuando te dan un turno y nosotros como parte de la comunidad podemos brindar ese espacio, ese momento para decir: acompaño porque simplemente quiere ser escuchado. A raíz de esto nos llegan mensajes de agradecimiento, entonces que más prueba que eso”
En redes las pueden encontrar como:
Escenarios-Saludables BJ en Facebook
Instagram: es.benitojuarez_
Mail: asociació[email protected]
En este momento la ayuda que brindan es a través de las líneas gratuitas nacionales para abordar la temática, como parte de la comunidad ofrecen información a través de las capacitaciones que reciben.
Mdcremedio