En una final cambiante y con momentos de tenis de alto vuelo, la japonesa Naomi Osaka se consagró campeona del US Open tras vencer a la bielorrusa Victoria Azarenka. La tenista de 22 años, número 4° de la WTA, remontó un partido que comenzó con una tendencia adversa y se quedó con el Abierto de Estados Unidos por segunda vez en su carrera, luego de haberse alzado con la corona previamente en la edición del 2018.
En un estadio Arthur Ashe vacío a raíz de las medidas sanitarias dictadas por la organización del certamen en el marco de la pandemia de coronavirus, Osaka se alzó con el triunfo ante Azarenka, de 31 años y número 27° del escalafón, por 1-6, 6-3 y 6-3, en un partido que duró casi dos horas.
El primer set mostró a una Azarenka precisa, concentrada e imparable. La bielorrusa parecía seguir jugando con el envión del gran nivel que exhibió en la victoria en las semifinales ante Serena Williams. Solo 26 minutos tardó en llevarse el parcial por 6-1 ante una rival demasiado errática.
La europea mantuvo el foco y así logró quebrar el servicio de Osaka en su primera oportunidad en el segundo set. Sin embargo, la japonesa encaminó su recuperación al recuperar el brake en el siguiente game y pronto lograr una ventaja de 5-3. La asiática asentó su tenis y aprovechó la merma en el rendimiento de Azarenka para cerrar el parcial a su favor con un nuevo quiebre.
El panorama de Osaka, que hasta hace unos minutos era muy complicado, cambió rotundamente: tomó las riendas del partido y pronto se puso 3-0 en el parcial decisivo. Parecía encaminarse hacia el triunfo -y el título- pero Vica tuvo un atisbo de reacción y dio pelea. Finalmente, la japonesa dio una muestra de carácter y de frialdad para cerrar el encuentro y quedarse con la gloria.
“Dicen que la tercera es la vencida, pero tendré que probar otra vez”, dijo Azarenka con la voz quebrada durante la ceremonia de premiación. La bielorrusa, ex número uno del mundo y madre de un niño de tres años, ya había llegado a la final en Nueva York en 2012 y en 2013.