Muchos usuarios comenzaron a manifestarlo en redes sociales pero, en la práctica, no es tan fácil irse de Argentina en busca de mejores horizontes.
“Necesito sacar la ciudadanía italiana, ¿alguien tiene un gestor para recomendar?”, “¿cuáles son los requisitos para la visa de trabajo en Estados Unidos?”, “me quiero ir del país, tengo abuelos polacos, ¿me ayudan con el trámite?”. Muchos argentinos hacen consultas de este estilo en redes sociales. El deseo de probar suerte afuera evidentemente existe. Pero, ¿cuáles son las chances de concretar un proyecto en el exterior durante la pandemia?
Del dicho al hecho hay un largo trecho, reza el refrán. Y, en este caso, aplica. Más allá de las limitaciones afectivas que puedan frenar una decisión de esas características, existen obstáculos burocráticos y económicos, que se agravaron con la pandemia y por la crisis.
Contar con ciudadanía extranjera, para poder establecerse legalmente y trabajar en otro país, no resulta tan sencillo como algunos piensan.
Santiago Álvarez (31) lo sabe, él es uno de los que aún intenta obtener su pasaporte italiano para poder instalarse allá.
“Siempre tuve ganas de vivir afuera. Cuando era chico veía la ciudadanía italiana solo como un beneficio para entrar con facilidad a Europa o pasar por algunos aeropuertos, ahora creo que es una herramienta para irme”,
señala Santiago, que es abogado y dice estar dispuesto a trabajar de otra cosa fuera de Argentina.
“Uno escucha que la gente que se va a Europa, por ejemplo, hace trabajos menos calificados pero tiene mejor calidad de vida”, señala. Aunque aclara que le gustaría poder realizar un doctorado o posgrado vinculado a su profesión para seguir con con oportunidades relacionadas al Derecho.
La idea de mudarse de país también tiene que ver con que se siente angustiado por la situación local. “No puedo planificar, mi sueldo se va achicando con la inflación, me veo limitado. Eso repercute en mi estado de ánimo”, comparte.
Tiene un bisabuelo italiano por lo que intentó sacar turno para gestionar la ciudadanía. “Fue imposible. En marzo deshabilitaron la página, se supone que en octubre vuelve a funcionar. Antes ya estaba colapsada. Había que meterse tres veces por semana a las 00 de Italia y darle click al turno disponible en verde. Cuando pasabas a la página siguiente, esa fecha dejaba de figurar o aparecía en rojo, ya no existía”, se lamenta. Y asegura que es «muy frustrante”.La otra opción para transformarse en italiano es viajar e iniciar el trámite en ese país. “Primero hay que contratar a un gestor para que te explique qué papeles necesitás, con sellos de qué lugares y, a la vez, dónde tenés que presentarlos. Ya consulté, eso sale entre 3.000 y 4.000 euros”, advierte Santiago.
Y agrega: “Después hay que pagar el pasaje y la estadía por tres meses en Italia, porque te piden fijar residencia. Durante ese tiempo no se puede trabajar legalmente allá. Es una fortuna pero hay gente que lo toma como una inversión. Mi hermano quiere irse pero por su cuenta, sin la asistencia del gestor”, detalla.
En el marco de la pandemia, por más que la persona cuente con los miles de euros necesarios para instalarse en Italia por tres meses, debe esperar a que se habiliten los vuelos para turistas.
Las demoras también alcanzan a los que desean obtener la ciudadanía española. Según explicaron desde la embajada de ese país a Clarín, hace cerca de un mes reabrieron sus oficinas en Argentina y están atendiendo consultas que habían quedado pendientes cuando tuvieron que suspender sus actividades por el Covid 19.
Las inscripciones de nacimientos de hijos de españoles están demorando entre 3 y 4 meses y los trámites de hijos de españoles que quieran solicitar la nacionalidad tardan cerca de un año.
Eliana Diehl, que es argentina, vive en España y hoy administra el grupo de Facebook «Argentinos emigrando a España», cuenta que las consultas que reciben en el grupo aumentaron un 30% en el último tiempo.
Las preguntas por este tema empezaron a mediados del año pasado pero se incrementaron con la pandemia. “Están pidiendo sumarse al grupo unas 80 personas por día. Antes eran cerca de 40”, precisa Eliana.
El panorama para ingresar a Estados Unidos resulta aún más limitado. “Por el coronavirus, estamos tramitando solo visas de emergencia para situaciones excepcionales”, afirman desde la embajada norteamericana.
Ignacio Garay (22), que es estudiante de Administración de Empresas, tiene la misma intención que Santiago. “Hace mucho que quiero vivir en otro lugar, conocer otra cultura, hablar otro idioma”, comenta, aunque dice que inició ahora las averiguaciones para sacar la ciudadanía polaca por “la situación del país”.
“Cada vez se me hace más cuesta arriba. En términos geográficos, Argentina es hermoso. La gente, muy cálida. Siento que voy a extrañar todo eso, además de mis vínculos, la familia y los amigos. Pero me cuesta imaginarme acá. No sé si voy a poder desarrollarme profesionalmente”, reflexiona.
Está cansado de las crisis económicas y también de la clase política. “No me refiero a un partido o gobierno en particular. Siento que el sistema falla y que hay una generación entera que va a vivir con todos esos problemas”, sostiene.
Estuvo buscando opciones de trabajo en España. “Me metí en las plataformas más conocidas y hay ofertas, aunque no demasiadas. Igual, no puedo avanzar con eso hasta que no consiga la ciudadanía y no voy bien”, reconoce.
Se contactó con una gestora que le confirmó que tiene que pedir documentación a Varsovia, la capital de Polonia, sobre sus bisabuelos. “Me dijo que ella no está haciendo esa parte de la investigación, que me tengo que ocupar solo. Ya ahí me encontré con el primer obstáculo”, señala.
“A eso hay que sumarle los honorarios de la gestora para cuando consiga los papeles. Son en dólares y hoy está difícil ahorrar”, advierte.
“Hay que casarse con alguien que ya tenga la ciudadanía”, bromea. Y recuerda una publicación que vio estos días en Twitter. “Un chico subió una foto posando con su pasaporte europeo y escribió:´Va para Tinder´”, suma, se ríe y vuelve a ponerse serio. “Voy a seguir con el trámite en la embajada aunque seguro tendré que esperar a que pase la pandemia. El deseo de vivir afuera está, pero soy consciente de que no se va a dar de un día para el otro”.
Sociedad