Dos atajadas de Inza, dos penales errados por el lado de Independiente, en el uno a uno el Araña atajó y Vidal anotó decretando que el mejor de esta fase era el conjunto de Benito Juárez.
Hoy en el recuerdo de esa tarde épica para el conjunto de Benito Juárez marca que fue un partidazo, cargado de emociones, de voces afónicas y lágrimas por doquier, de abrazos interminables y miradas al cielo.
Juarense fue el campeón de ese Torneo Clausura 2018 tras ganarle a Independiente por penales un domingo 28 de octubre en el Estadio San Martín, el héroe fue Facundo Ascencio que empató el cotejo a los 44 del segundo tiempo para enmudecer a la parcialidad de Tandil y en la rueda de los penales el destino estaba escrito para el Rojinegro.
Fue sin dudas el mejor resultado, merecido para los chicos de Rulé que ganaron de punta en esta segunda parte del año terminando con 13 partidos invictos, teniendo al mejor en el área y construyendo un equipazo que tenía hambre de gloria.
Desde el primer tiempo se vio la actitud de Juarense, tuvo dos situaciones claras de gol pero las piernas de los defensores de Villar se cruzaron en el camino y la cosa a medida que pasaban los minutos estaba en cero, hasta que con la primera estrella apareció el gol de Independiente, de Etchecoin que se le filtró a la defensa de Juarense y sobre el palo izquierdo marcó la diferencia.
En la segunda parte el Rojinegro no se quedó con el resultado puesto, fue siempre, corrió a lo largo y a lo ancho la cancha, trabó y renegó porque el árbitro no les dejaba una a favor, el tiempo desde los pies del arquero Inza corría más rápido pero el destino estaba escrito señores, un tiro desde la banda derecha de Luciano Silva que paso la barrera de tres hombres se metió en el área, y les juro que fueron todos, fue entonces que apareció Facu Ascencio para igualar la cosa, para dejarnos en claro que con este equipo no hay partido cerrado hasta que el juez pite y mire el círculo central. Cuanto iban?…44 del ST y había que aguantar la ronda de penales.
Doce pasos exactos y una recorrida hasta el arco, un arquero contra el mundo y el estadio que palpita al ritmo de los corazones, Inza se hacía enorme atajando bajo los tres palos pero esa suerte la desperdiciaban dos de sus compañeros y en el uno a uno cómo dijo Germán González «esa última bola la atajó mi viejo», y quizás así fue porque el 1 de Juarense abrazo el balón para darle la esperanza a su equipo.
Vidal cerró la rueda con un tremendo remate para desatar la alegría de la gente, de sus más de 900 hinchas que llenaron las tribunas.
La historia ya estaba escrita y aunque varios aún digan que NO, Juarense no sólo fue el mejor, no sólo terminó invicto, no sólo tuvo al más goleador sino que además fue el CAMPEÓN aquella tarde de visitante.
Los que estuvieron ese día fueron Gastón González; Martín Mendía, Martín Vidal, Joaquín Elizalde y Fabricio Severo; Ezequiel Iarussi, Guillermo Cardoso, Nicolás Tolosa y Germán González; Adolfo Elía, Luciano Silva, Fernando Díaz, Facundo Ascencio, Marcos Conni, Nicolás Del Giorgio y Jesús Madrid.
El festejo se extendió hasta la madrugada, la llegada del micro por la avenida Fortabat fue de verdad emocionante, muchos hinchas los escoltaron hasta llegar a la Municipalidad donde más hinchas estaban esperando para expresarle su agradecimiento. Aquella vez se pudieron abrazar, mirarse a la cara con sus familias, con sus amigos, con los vecinos, con todos los que hacían flamear las banderas al solo grito de Dale Campeón.
Ojos emocionados, gargantas afónicas por ese grito truncado en los últimos años, ganó por merecimiento y por no darse por vencido, el destino les tenía preparada una gran alegría por el esfuerzo.
A veces a los sueños hay que buscarlos, ser perseverante con el objetivo y este equipo demostró que merecía ese grito sagrado.