1942 esa es la fecha de la última vez que Juarense, mi club, el club de pueblo más grande del mundo salió campeón de la unión regional de ligas. Es un campeonato que nuclea varias ligas limítrofes, 4 en total. Creo que no tengo la capacidad de saber cuántas veces soñé con salir campeón con primera división.
Hoy 28 de octubre del 2018, 76 años, estamos a un partido de lograrlo. Todo el pueblo se acercó a la ciudad vecina para ver la final, simpatizantes del club, contrarios, amantes del futbol regional, pero también personas que hace años no pisan una cancha.
Después de mucho tiempo el futbol regional es “trendingtopic” en el pueblo. Hoy jugamos por todos, el que no está en la cancha en cuerpo físico, lo escucha por radio. Mi hermano en Berlín, por ejemplo, se quedó hasta las 2 am para escucharlo y así cada oriundo de Juárez que se encontraba en alguna parte del mundo y se había enterado de la situación estaba sintonizando el partido. Esto era cosa seria.
Sin embargo, vamos perdiendo 1 a 0, contra Independiente uno de los equipos verdugos que tenemos y que tengo particularmente desde inferiores. Un gol sobre el final del primer tiempo nos pone como limite45 minutos para empatar y sino habrá que esperar hasta otro año.
El segundo tiempo se esfuma y pasa rapidísimo. Me siento en el banco de suplentes, se terminó el partido para mí, me duele el cuello desde aquel cabezazo adentro del área para despejar. Me impide mirar cómodamente hacia la cancha. Me posiciono como puedo para ver bien los últimos 15 minutos.
Es todo nuestro, ellos están metidos atrás, la pelota recorre todo el ancho de la cancha, pero no podemos entrarles con claridad.
Pasan los minutos y la ansiedad se incrementa. Cualquiera pensaría que la desesperanza comenzaría a crecer a medida que se acerca el pitazo final, pero algo me decía que íbamos a tener una carta más.
La pelota al 11, Adolfito, que se saca a dos de encima, uno lo viene agarrando, pero el árbitro no cobra nada. Adolfito sigue con la fuerza que lo caracteriza y las ganas de ganar; logra penetrar la muralla del medio campo que independiente había plantado.
Para todo esto ya recorrió gran partedel ancho de la cancha, pero todavía está a varios metros del área. Se enfrenta mano a mano por la izquierda con el marcador y lo foulean. El árbitro ahora si cobra falta. Fue tan obvia que ni nos levantamos para protestar ante una posible injusticia.
Todo se detiene, minuto 43. El luchi, el goleador histórico del club, acomoda la pelota, no tiene mucho ángulo para pegarle, pero algo presiento. Todo el equipo se hace presente en el área. Casi que los 22 jugadores están ahí.
Minuto 44, el árbitro da la orden, Luchi patea, la pelota pasa la barrera entra al área, veo que el arquero no sale a buscarla, el turco y el profe se amontonan adelante del banco y me tapan, no llego a ver nada más; pero me quedo esperando el grito, no me pregunten por qué, pero sabía que el grito venia.
Minuto 44 la tribuna estalla, el banco estalla, una radio en Juárez vuela, en Berlín los vecinos no entienden porque ese joven grita tantas cosas indescifrables en un idioma que es cualquier cosa menos alemán.
Me fundo en un abrazo con el primero que encuentro, el Ger, se suma el cacha, se suman todos. La locura se apodera de nosotros, algunos quieren bajar la euforia, pero ¿cómo vamos a parar tanta emoción contenida? Faca la había empujado en el segundo palo. Nadie la pudo tocar, todos vieron como pasaba cerca pero lejos para sacarla o para meterla y él, el más chiquito de todos casi que riéndose, la empuja.
El marcador ahora dice Juarense 1 Independiente 1, seguimos en juego, el sueño sigue intacto, es posible, todavía es posible. Quedan unos pocos minutos y estamos para pegar el zarpazo. Ellos no tienen reacción. La pelota entra al área, la peina uno de ello, pasa a todos pica en el segundo palo y…. no hay nadie. No llega ninguno para empujarla. Pasa la chance, pero estamos ahí, ahí no más.
Pitazo final. A penales. La hinchada juarense no para de cantar. Sabemos que no hemos tenido suerte en los penales, nunca, pero esta vez tiene que ser. No importa que en los últimos tres años hayamos quedado afuera las tres veces por penales. Esta vez tiene que ser nuestra. Nos reunimos cerca del banco ayudo a estirar al que necesite, mientras el DT va diciendo quien patea.
El sorteo dice que van ellos primero, no quiero escuchar mi voz interna que me dice “el que patea primero gana”.
Gol, de ellos y para colmo va luchi y ataja el arquero!!. La tanda empieza negra, ¿si el goleador que siempre había podido hoy no pudo como iban a poder los otros?
Hay un nuevo Gol de ellos. Le toca a guille y nuevamente ataja el arquero de independiente. Me sumergí en un silencio absoluto, no quise mirar a nadie. Solo esperar a que todo pase.
¿Puede ser que sea así? ¿Acá termina? ¿otra vez los penales nos sacan?. Va el de ellos a patear…. la manda arriba!!una nuestra!!. Algo empieza a crecer.
Adolfito tiene que romper el maleficio, tiene que entrar sí o sí. Patea fuerte y gol! . Va el de ellos, el 6. Patea y arriba de nuevo!!.
Marquitos, el pibe que volvió de la lesión, camina hacia la pelota. Se prepara para igualar las cosas y romper con muchas cosas que nos trababan. Patea, la pelota no entra más, nadie lo grita, empiezo a pensar que se fue afuera, pero lo veo salir corriendo y festejando y entonces el grito baja de la tribuna. Gol!. Otra vez iguales.
Va el 5to de independiente y porque no creer en que puede quedarse con una el araña, nuestro querido arquero. Es Gol de independiente. Claro no iba a ser tan fácil.
Ahora el penal más difícil, pienso. Tiene todo que perder el que patea. Miro a ver quién va. Nico Tolosa, hoy la rompió y siento que no se va a achicar. Pitazo, miro atentamente, golazo, GO LA ZO.
A contar de nuevo. Va el 6to de ellos. Siento que el araña con una se tiene que quedar. Patea el de independiente, gol.
Nuevamente, penal difícil, tremendo, me imagino ahí pateando, ¿Qué haría?. Va faca, el héroe del empate. Gol!. Magia para colocarla a un palo y que el arquero vaya al otro. Que tranquilidad pensé.
Van ellos y esto ya se empieza a hacer largo. Saporati, se acomoda, le pega y sí. Apareció el araña, se merecía esto, una tenía que ser de él. Para que nadie diga nada, ni se atrevan a hablar, para acallar a cualquier atrevido. Tanto esfuerzo, tantas caídas y tantas levantadas para hoy atrapar la pelota bien fuerte y no dejarla salir de ahí, lejos del arco. El, uno de los referentes, nos daba la llave. Quedaba abrir la puerta.
Miro a ver quién sigue, Martin! ¡El mariscal! ¡Tanto entrenamiento este año en la plaza del ferrocarril maquinando partidos, desenlaces y acá estamos y ahí está el!
Una energía positiva me dice que nada le va detener el tiro. Nada. Da la orden el árbitro. Comienza la carrera, un paso, mirada baja, dos pasos mirada a la pelota, tres pasos mirada al arco, cuatro pasos mirada a la pelota, impacto. GOOOOL!! Locura, alegría, felicidad. Todo junto, inexplicable.
Unos días después escuche algunos que dijeron que tal vez el araña tuvo una ayudita de su papa el Topo, que no dejo hace algunos años y siempre soñó y lucho por esto, tal vez le susurro el palo.
Lo cierto es que el pueblo se unió como nunca antes, fue una voz única que se escuchó en varios puntos del planeta y ahí entendí como esto, que comúnmente le llaman futbol, puede ser tan importante.
Ese día Juarense fue el club de pueblo más grande del mundo, el gol del empate y el ultimo penal se escucharon en varios puntos del planeta, todos dejaron sus cosas para escuchar ese partido no importaba a qué hora fuera porque era la posibilidad de sentirse de nuevo ahí con tu gente, era el pueblo llegando a lo más alto, era la posibilidad de conectarse con el sentimiento más profundo, era la oportunidad de ser el pueblo.