La Historia vuelve a repetirse, como en la letra del tango. Pareciera que la resiliencia, esa virtud tan especial se ha encariñado demasiado con la Argentina. Realizando un repaso por las últimas décadas de la historia de los Gobiernos Nacionales de nuestro país, nos vamos a encontrar con la reiteración de situaciones muy similares. Hechos y acontecimientos cuyos artífices principales son los mismos que ya estuvieron antes, y debieron irse dejando la hecatombe económica como obsequio para toda la sociedad. Ahora vuelven a aparecer carruseles con banderines y adornos para que resalte como una auténtica fiesta el nuevo préstamo del FMI y las consecuencias de lo que llaman volatibilidad, banda de flotación para el dólar, el ·carry trade”, corrida bancaria, la inflación, el lavado de activos, y otros anexos para embellecer el ya reconocido y engañoso plan , que termina siempre de la misma manera, explotando en una escalada financiera en favor de ese permanente y variado “ staf “ de poderosos, de los “que la tienen” en demasía, alentados por el talismán adorado del dólar y la consecuente inflación.
Mientras tanto, los demás, la gente, el ciudadano de a pie como dicen, la sociedad en su conjunto, el pueblo, siguen lamentando y adecuándose día a día, como pueden, a una situación que se vuelve angustiante, sin paz cotidiana, alejando cada vez más ese sustantivo tan substancial para una vida tranquila y digna llamado “bienestar”. Pero claro, quienes esgrimen el logro del “déficit cero” como el más grande de la historia argentina, no lo califican positivamente a ese estado de bienestar social, al contrario, viven denostándolo bajo los calificativos de kirchnerismo, progresismo, populismo, kukas, etc. No se animan a nombrarlo Peronismo, pues se encontrarían proclamando la entrañable y auténtica verdad histórica de ese Movimiento Nacional y Popular.
Eso sí, para estar seguros de su obra, acuden a ciertas “ Fuerzas del Cielo”, desde una “narrativa infame” para matizar el resultado de la intencionalidad de su Gobierno, procurando atenuar el inevitable desenlace con perfil apocalíptico falso, deshumanizado y fatal para la mayoría de la gente.
BLINDAJE SEGUNDA TEMPORADA
Toda esta narrativa va muchos más allá de su simple relato, ya que los recientes acontecimientos presagian una aventura desgraciada para el país. Es el inició de una segunda etapa de actual gobierno nacional, quizá más feroz en su voracidad desintegradora, ya que se presagia la expectativa sobre un serie de decisiones a implementar, que han quedado redactadas y pendientes, en el lacerante DNU, en el cual se apoya el Gobierno para tomar sus decisiones dañosas. Alguien lo ha llamado ”Blindaje Segunda temporada”, rememorando aquel operativo Blindaje del 2001 , durante el periodo del gobierno de la Alianza, ante otro empréstito tomado con el FMI.
Pero, tenemos experiencia, ya que nuestra sociedad ha tenido etapas muy duras y lamentables, donde las medidas gubernamentales han marcado penosamente nuestra vida cotidiana.
Sin embargo, la gente, el pueblo, ha tenido presente su larga historia anterior y está buscando reconstruirse de la mejor manera. Esa es la fortaleza y el efecto positivo de la resiliencia. Esa virtud que nos permite afrontar lo adverso, lo que nos perjudica y lograr salir fortalecidos y reestablecer el anhelado Bienestar.
Esa ha sido siempre la inquebrantable voluntad de los pueblos por restablecer su rumbo de crecimiento y desarrollo. Paulatinamente y como en una renovada edición, esa virtud se está haciendo fuerte en todos los sectores que hoy están siendo postergados. La seguridad en las convicciones, el baluarte de la unidad y un claro perfil de resistencia conformarán la estrategia de acción. Desde esa certeza nace y se nutre la auténtica esperanza.