Lionel Messi cumplirá el próximo viernes contra Países Bajos, por los cuartos de final del Mundial de Qatar 2022, su partido número 17 como capitán del seleccionado argentino en una Copa del Mundo, una cifra histórica que magnifica su evolución en su rol de líder y referente.
El astro argentino igualó contra Australia la marca de 16 partidos como capitán de un seleccionado en Mundiales que en las otras primeras 21 ediciones solo había registrado Diego Armando Maradona y con su presencia ante Países Bajos el próximo viernes escribirá un nuevo capítulo de su historia en el fútbol.
Más allá de los números, que para Messi siempre estuvieron en un segundo plano, la histórica marca sirve de disparador para analizar su evolución como capitán y lo que representa como líder del plantel dirigido por Lionel Scaloni.
Es difícil hablar de una «nueva versión» de Messi cuando lleva 18 de sus 35 años como futbolista profesional y acaba de cumplir 1000 partidos.
Sin embargo, en el ciclo de Scaloni hacia este Mundial en Medio Oriente se destacan varias situaciones que elevaron la figura de Messi como dueño del brazalete que se puso por primera vez en Sudáfrica 2010. Una de las últimas, y no por cercanía en el calendario, fue la arenga que dio en el vestuario del estadio Maracaná en la previa de la final de la Copa América contra Brasil que se conoció a través del documental «Sean Eternos».
Está claro que ese título, el primero del seleccionado argentino después de 28 años, liberó de presiones al ganador de siete Balones de Oro pero sería injusto olvidarse de los gestos de capitán que había dado en la edición anterior de la Copa América de 2019 también disputada en suelo brasileño.
Las críticas al VAR y a la Conmebol sumadas a la decisión de no participar de la ceremonia de entrega de premios del tercer puesto tras derrotar a Chile fueron las actitudes «Maradoneanas» que cautivaron a una parte del publico que todavía lo miraba de reojo.
En la previa de la Copa América de Brasil 2021, Messi se hizo cargo nuevamente de su rol de referente y brindó la primera conferencia de prensa -en modo virtual por la pandemia- en la que habló de finalmente «dar el golpe» luego de las frustraciones pasadas.
Por la experiencia y el recorrido que tiene en el fútbol ya no le pesan las obligaciones que conlleva ser el capitán de un seleccionado con tanto renombre como el de Argentina.
Antes del debut contra Arabia Saudita, Messi acudió a la conferencia de prensa previa a los partidos junto a Lionel Scaloni justo en un momento en el que se dudaba de su estado físico y despejó todos los interrogantes.
Después de la fatídica derrota en el estreno en Qatar 2022 se hizo cargo y apuntó hacia el futuro con un mensaje esperanzador: «Que la gente confíe. No los vamos a dejar tirados», aseguró.
Antes del trascendental partido contra México nuevamente circularon los rumores de un problema físico y las respondió con un simple pero contundente gesto. En la última práctica fue el primero que salió a una de las canchas de la Universidad de Qatar y durante los quince minutos abiertos a los medios de comunicación improvisó una charla con Scaloni.
Estos detalles, no obstante, hubieran perdido relevancia sin una respuesta en el campo de juego. Y el 10 cumplió.
Ante el equipo de Gerardo Martino apareció en un momento decisivo para abrir el marcador con un golazo y guió la recuperación del equipo inseguro por haber perdido esa sensación de imbatibilidad.
El penal fallado contra Polonia no lo desanimó e incluso después del partido remarcó que esa situación había fortalecido al equipo que resolvió la victoria y clasificación con los goles de Alexis Mac Allister y Julián Álvarez.
En el inicio del «a todo o nada» contra Australia y en su partido mil, Messi mostró una de sus mejores versiones futbolísticas de los cinco mundiales. No solo volvió a destrabar un duro partido sino que también asumió un papel fundamental para cuidar la pelota en los momentos complicados y levantó el «pagaré» de convertir goles en fases eliminatorias.
La alegría por la clasificación y el objetivo cumplido también le permitió abrirse y contar el disfrute de vivir su ¿última? Copa del Mundo acompañado de sus tres hijos.
Thiago, el mayor, tenía 5 en Rusia 2018, Mateo 2 y Ciro apenas tres meses. Hoy, en cambio, los tres pueden sentir el Mundial y ser conscientes de lo que genera su padre en cada estadio.
El único jugador argentino con cinco Mundiales, el que más partidos disputó con 23, el máximo goleador histórico del seleccionado argentino con 94 y el segundo (a uno de Gabriel Batistuta) en Mundiales con 9, se aproxima a dejar una huella más en Qatar 2022.
Telám