El 11 de Septiembre se celebra en Argentina el «Día del Maestro» en recuerdo a Domingo Faustino Sarmiento.
«Maestro de Maestros». Bregó por la Educación de las generaciones contemporáneas y futuras.
Un día decidimos abrazar ésta vocación. No fue el dinero, no fue la jerarquía, no fue tener un trabajo fácil.
No fue nada de eso lo que nos impulsó. Fue el mero convencimiento de que éste era nuestro lugar: el espacio dónde crecer y ayudar a otros a crecer.
Somos trabajadores, claro que sí. Pero somos más que eso. Los días mágicos de la infancia son la arena tibia que coloreamos y protegemos con cada una de nuestras acciones, con cada uno de nuestros actos.
Nosotros sabemos claramente que esos momentos imprescindibles e irrecuperables necesitan cabezas, cuerpos y corazones siempre dispuestos, siempre disponibles.
Nosotros sabemos lo que damos. Y también sabemos que éstos tiempos complejos ponen filtros oscuros a cada acción,distorsionan hasta el esperpento cada intención. Entonces el amor que damos es juzgado, a veces, con una crueldad que desconocemos. Pero eso no puede detenernos. Porque estamos convencidos que nuestros niños necesitan crecer en ámbitos amorosos, alegres, pacíficos.
Ámbitos que puedan armarlos del mejor modo para la vida.
Por todo esto, hoy juntamos nuestras manos en este abrazo. Es un símbolo de nuestro compromiso común que con la vocación nos enlaza:juntos podemos seguir haciendo lo que nuestros chicos y nuestra comunidad toda necesitan.
Dice en algunos de sus versos el «Himno a Sarmiento»: ……»La niñéz, tu ilusión y tu contento la que al darle el saber, le diste el alma»…
Hoy redoblemos nuestra responsabilidad, fuerza y compromiso, educando … sembrando para un mundo mejor!
Gran verdad nos supo expresar Henry Adams al decir «Un maestro trabaja para la eternidad».