Argentina es sin lugar a dudas territorio hostil a la hora de emprender. La infinidad de trabas y dificultades con las que se encuentran aquellos con ganas de hacer, pondrían en jaque a mentes y espíritus menos valerosos. Sin embargo, son justamente esas mismas adversidades las que forjan el carácter combativo de aquellos que tienen entre manos productos ganadores y deciden apostar a sus sueños más allá de todo pronóstico. Este es pues, el caso de Nanotica.
Julio y Matías son de zona Oeste. Se conocieron jugando al rugby en el año 2015 en Padua y al pertenecer al mismo ecosistema emprendedor, decidieron sumar conocimientos. Matías tenía su propia empresa de software y Julio había dejado de trabajar en la industria farmacológica para fundar un laboratorio, siendo uno de los emprendedores biotecnólogos más reconocidos de nuestro país pisando apenas los 30 años. En el año 2018, la prestigiosa Singularity University de Estados Unidos le otorgó una beca para acelerar su proyecto: Nanotica. Una start up de nanotecnología que mejora la efectividad de los procesos agrícolas y promueve la eficacia de los cultivos.
Fue tal el éxito del proyecto, que en la primera ronda de inversión levantaron 300.000 dólares de capital, posicionándose como una de las 100 empresas de Agro Tech mas importantes del mundo.
Ahora, ¿por qué es tan importante el desarrollo de Nanotica? Sabemos que el agro en nuestro país constituye una industria de primer orden. Tanto para consumo interno como para exportación. Y también sabemos los desafíos a los que se enfrenta esta industria para cumplir con los plazos y volúmenes en tiempo y forma. Entonces, ¿cómo aceleramos un proceso natural para no cortar la cadena de abastecimiento sin interferir de manera definitiva y perjudicial en el producto final?
Y acá es donde entra a cuadro Nanotica, desarrollando productos y tecnología que optimizan los procesos de cultivo, minimizando los efectos perjudiciales para el ambiente y el consumidor final.
La Nanotecnología navega entre la física tradicional y la cuántica, colocándose en el lugar ideal para poder ser aplicada a todo tipo de industrias: farmacológica, aeroespacial, mecánica, y por supuesto: agrícola.
–Nuestro modelo de negocios, responde Julio sin dudar.
-Copiamos el modelo de Nesspreso. Hicimos la tecnología accesible al productor, donde los márgenes son muy pequeños, le proveemos una máquina y geles, que contienen trillones de nanocápsulas vacías (nanovehículos), la máquina hace todo el trabajo de tomar el producto agroquímico de la botella y “meter” dentro de las cápsulas (un proceso exclusivo de la empresa), y estas están diseñadas para mejorar la performance del producto, pudiendo bajar dosis y costos y también reducir impacto ambiental. Así empoderamos al productor dándole acceso a una gran tecnología y permitiéndole mejorar sus campos y cultivos.
En una entrevista en la revista científica mas importante del mundo, Nature, a J. Scott Angle, director del Instituto Nacional de Alimentación y Agricultura (NIFA) de EE.UU. dijo “…a día de hoy, la nanotecnología en la agricultura no es comercialmente viable. Las aplicaciones son demasiado caras… Imagínese si un pequeño agricultor de un país en desarrollado pudiera aplicar nanomateriales de bajo costo y tener un sistema de suministro que pudiera rociar nanomaterial directamente en el cultivo; puede ver cómo eso cambiaría las reglas del juego».
Hoy en día, Nanotica ha conseguido captar la atención de distintas multinacionales con las que ya está trabajando con miras a expandirse. También ha sido invertida por Glocal y distintos participantes de los más grandes productores de argentina.