Llegar a las manifestaciones más auténticas del sistema democrático significó a la humanidad transitar un arduo eintenso camino. “La democracia como hecho trascendental esta llamada a suceder ipso facto a los absolutismos. Sin embargo, sufrió un largo compás de espera impuesto por la persistencia de monarquías templadas y republicas estacionarias que, para subsistir creyeron necesario aplicar en leves dosis principios propios de la democracia pura, preferentemente aquellos que podían se adaptados sin peligro” (LCO Cap.XXI), reflexionará en La Comunidad Organizada Juan Domingo Perón. Y agregará que, “sucedió así que los pueblos que pudieron establecerla en su momento han alcanzado con ella los caminos de perfección necesarios, y losque no lo consiguieron han optado por el empleo de sustitutivos , los extremismos, con tal de hacer efectivo, por cualquier vía, el carácter trascendental” (LCO ,XXI). Surge evidente del contenido de estas frases, que la evolución de los sistemas de gobierno han contenido fundamentalmente, el dilema clave, en cada instancia, de resolver la manera de instrumentar el ejercicio del poder de gestión.
ENTRE LO EXCELSO Y LO CONCRETO
Recurre luego, en su análisis, a una reiterada figura literaria, “en varias ocasiones ha sido comparado el hombre al Centauro, medio hombre, medio bruto, víctima de deseos opuestos y enemigos; mirando al cielo y galopando a la vez entre nubes de polvo”.
Y prosigue, expresando, “la evolución del pensamiento humano recuerda también la imagen del Centauro: sometido a altísimas tensiones ideales en largos períodos de la historia, condenado a profundas oscuridades en otros, esclavo de sordos apetitos materiales a menudo. La crisis de nuestro tiempo es materialista. Hay demasiados deseos insatisfechos, porque la primera luz de la cultura moderna se ha esparcido sobre los derechos y no sobre las obligaciones; a descubierto lo que es bueno poseer mejor que el buen uso que se ha de dar a los poseído o a la propias facultades”(LCO Cap.XXI).
En medio de esos dilemas y oportunidades el ser humano aparecía casicomo una víctima, confundido e inmolado fuera de su interioridad, sometido a parcialidades también inciertas de su rumbo y su objetivo. Continua entonces diciendo, “…el fenómeno era necesario, de una necesidad histórica, porque el mundo debía salir de una etapa egoísta y pensar más en las necesidades y las esperanzas de la comunidad. Lo que importa hoy es persistir en ese principio de justicia, pero recuperar el sentido de la vida, para devolver al hombre su absoluto».
Lo excelso se entrelaza con lo concreto, con lo cercano, lo semejante. La mirada desciende y se vuelve horizontal para encontrarse con los demás, con los otros.
En esta parte, Perón esgrime una contundente definición, “nuestra comunidad, a la que debemos aspirar, es aquella donde la libertad y la responsabilidad son causa y efecto en que exista una alegría de ser, fundada en la persuasión de la dignidad propia. Una comunidad donde el individuo tenga realmente algo que ofrecer al bien general, algo que integrar y no sólo su presencia muda y temerosa”.
EL YO, EL NOSOTROS
El pensamiento integral y sobretodo sistémico, de las distintas épocas confluye finalmente en una dirección que intenta desembocar en la coherencia general. Así lo resume, “los monjes de la Edad Media borraron el contenido de los libros paganos para cubrirlos con salmos. La Edad Contemporánea trató de borrar los salmos, perono añadió nada más que la promesa de una vaga libertad a la sed de verdades del hombre. En el 1500 la humanidad concentró sus dispersas energías para empresas gigantescas y nos dio nuevos mundos y formas de civilización. En 1800 reprodujo el intento y creó febrilmente, generosamente, una época. ¿No será el nuestro, acaso, el momento de hacer acopio de las energías humanas para conformar el período supremo de la evolución? Cuando pensamos en el hombre, en el yo y en el nosotros, aparece claro ante nuestra vista que nuestra elección debe ser objeto de profundas meditaciones”. (Pag.71)
Ahonda en el concepto diciendo, “la sociedad tendrá que ser una armonía en la que no se produzca disonancia ninguna, ni predominio dela materia ni estado de fantasía”.
“En esa armonía que preside la Norma puede hablarse de un colectivismo logrado por la superación, por la cultura, por el equilibrio. En tal régimen no es la libertad una palabra vacía, porque viene determinada su naturaleza por la suma de libertades y por el estado ético y moral” (LCO,Cap,XXI).
En muchas oportunidades, Perón había resumido esa idea, manifestando que una comunidad organizada es aquella que logra realizarse en su conjunto y en su plenitud, y por lógica, favorece la aspiración de la realización personal de cada uno de sus miembros.
Por Juan Carlos Mortatti